Partir de experiencias vividas condiciona la recepción de nuevas ideas. La paradoja entre lo innovador y lo absurdamente diferente se convierte entonces en la frontera dentro de la cual debemos actuar para romper paradigmas sin malgastar la experiencia del diseño.
Diseñar una silla diferente nos condiciona. Diseñar un objeto adecuado para realizar una labor específica abre nuestras expectativas y dispara nuestra perspectiva mas allá de lo que percibimos.
El diseño sin una concepción inicial nos aleja de lo ordinario, pero como podríamos no tener una concepción inicial si alrededor nuestro encontramos miles de millones de información preconcebida. Las herramientas de diseño se convierten entonces en una útil herramienta para limpiar nuestra mente y ver desarrollarse un nuevo proyecto.
